Andar en bicicleta es una de la larga lista de cosas que uno aprende a hacer para toda la vida. Por más que pase el tiempo, si sabemos andar en bici, siempre podremos subirnos confiados a una, no pensando en hacer equilibrio mientras movemos los pedales.
Entre tantas cosas por hacer, me había olvidado que con más de dos años, Martina debería poder andar en una bicicleta acorde a su edad. Así es que saqué las herramientas, y reacondicioné una bici pequeñita que fuera un regalo del abuelo Fortu para Agus.
El primer día, Martina casi no podía andar ya que solo daba media vuelta a los pedales, y retrocedía con ellos para tomar nuevo impulso. Ya para el segundo día, Martu pudo dar la vuelta alrededor de la mesa de la cocina, y hoy en día ya sale a la par de la hermana a pasear en su bici.
Lo mejor de todo es ver su cara de disfrute mientras lleva sus lentes, un celular viejo y algún peluche en el minúsculo canasto que la bici tiene adelante.
Entre tantas cosas por hacer, me había olvidado que con más de dos años, Martina debería poder andar en una bicicleta acorde a su edad. Así es que saqué las herramientas, y reacondicioné una bici pequeñita que fuera un regalo del abuelo Fortu para Agus.
El primer día, Martina casi no podía andar ya que solo daba media vuelta a los pedales, y retrocedía con ellos para tomar nuevo impulso. Ya para el segundo día, Martu pudo dar la vuelta alrededor de la mesa de la cocina, y hoy en día ya sale a la par de la hermana a pasear en su bici.
Lo mejor de todo es ver su cara de disfrute mientras lleva sus lentes, un celular viejo y algún peluche en el minúsculo canasto que la bici tiene adelante.
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