martes, 3 de junio de 2008

Aprender lo que nunca se desaprende

Andar en bicicleta es una de la larga lista de cosas que uno aprende a hacer para toda la vida. Por más que pase el tiempo, si sabemos andar en bici, siempre podremos subirnos confiados a una, no pensando en hacer equilibrio mientras movemos los pedales.

Entre tantas cosas por hacer, me había olvidado que con más de dos años, Martina debería poder andar en una bicicleta acorde a su edad. Así es que saqué las herramientas, y reacondicioné una bici pequeñita que fuera un regalo del abuelo Fortu para Agus.

El primer día, Martina casi no podía andar ya que solo daba media vuelta a los pedales, y retrocedía con ellos para tomar nuevo impulso. Ya para el segundo día, Martu pudo dar la vuelta alrededor de la mesa de la cocina, y hoy en día ya sale a la par de la hermana a pasear en su bici.

Lo mejor de todo es ver su cara de disfrute mientras lleva sus lentes, un celular viejo y algún peluche en el minúsculo canasto que la bici tiene adelante.

Las chicas luciendo sus "fierros".

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