El sábado a la tarde aprovechamos para ir a pasear un poco, y terminamos en Paraná. Allí, hay un lugar que es un clásico de todo padre con sus hijos: la placita del Patito Sirirí. Esta placita obtiene su nombre gracias a un monumento bastante grande (y feo, por cierto) a tan ejemplar bicho, y de paso es un muy lindo lugar para apreciar el Paraná.
Las fotos que verán acá abajo, son justamente de ahí.
1 comentario:
hola Marcelo! Que lindas que son tus nenas! Unas muñecas las dos! Bueno che, que las pasen lindo :)
Dina
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